Nos cuentan que para 2015, llegaremos a la Administración sin papel. Un mundo feliz donde los administrados podremos navegar tan ricamente por las redes de la administración pública y realizar nuestros trámites con garantías y sin portar documentación alguna. Será un mundo ideal donde los funcionarios ¡por fin! habrán dejado atrás los legajos que tan buenas reflexiones dieron a Larra, y tantos quebraderos a todos los mortales.
Lo malo es que no nos lo terminamos de creer. Y no por una cuestión de (in)competencia, y no porque pensemos que se trate de un brindis al sol (otro más). Es que además de todo esto (que no voy a ser yo quien diga que lo sea. Que puede ser ;-), prescindir del papel no es tan sencillo como plantearlo como hito en un documento de gestión. Es una cuestión cultural que costará cambiar. Y me pongo la primera de la fila. Porque es taaan farragoso leer algo en la pantalla del PC...Y es taaaan cómodo poder tachar, subrayar, comentar, ... en un papel, con un boli, tranquilamente, con un cafecito y música de fondo (escenario chupi de trabajo que no siempre se da, pero procuro que así sea en lo posible. Ya que estamos ocho horas -en mi caso y con la reducción, seis-, que sean lo más agradables posible).
La lista de distribución de protección de datos que se modera desde la Universidad de Murcia ha plasmado claramente el sentir de quienes trabajan día a día con la Administración, al leer la información de este Plan. Y es que la lectura de los datos que se ofrecen para avalar tan loable objetivo, se pueden desmontar, como siempre, por la segunda lectura de las estadísticas. No es oro todo lo que reluce, y al final, el uso (o abuso) del recurso a Internet y en concreto a las redes sociales no debe argüirse sin más a favor de esa administración sin papel que no termina de llegar, especialmente cuando aquella utilización no se traduce en un mayor conocimiento, en un valor añadido o en un efecto multiplicador que repercuta de manera significativa en el crecimiento social y económico. De momento, esto no se percibe, por lo menos de forma masiva.
Existirán probablemente otros argumentos, otros números, otras cifras, que sí avalen los esfuerzos hacia esa Administración sin papel, hacia esa Administración de la tramitación electrónica. A lo mejor es que resultan demasiado complejos y politícamente poco interesantes para mostrarlos. Pero son esos precisamente los que tienen valor para fraguar alternativas e iniciativas con visos de éxito, para que esa e-Administración pueda enarbolar esa "e" con todas las garantías.
Me quedo con una serie de referencias, directas o indirectas, leídas últimamente al hilo de esta cuestión, o escritas después de la noticia, no sé si casualmente o no, para dar más contenido a lo que comento:
1. Sobre el tirón de la gestión documental.
2. Sobre el Plan Avanza2.
3. Sobre Gobierno Abierto.
A disfrutar.
La era de la inmortalidad digital impulsada por la IA
Hace 3 semanas
No hay comentarios:
Publicar un comentario